Segunda Edición

Transición compleja

De la escuela media al nivel superior

Zunilda Ulla prefiere no hablar de vocación sino de “transición”. Dice que hay que trabajar en ese espacio en el que confluyen la enseñanza media, el nivel superior y el mundo del trabajo. “Nadie piensa estudiar para ser únicamente estudiante sino para después trabajar”, dijo Ulla.

Por Gustavo Pizzio

Estudiar o trabajar son las alternativas a las que, con mayor frecuencia, se enfrentan los jóvenes que año a año finalizan el nivel medio de la enseñanza.
Ante este escenario, la opción de extender la formación a un nuevo ciclo aparece como una posibilidad que, ante un retraído mercado laboral, permite postergar el acceso al trabajo.
Sin embargo, hay quienes no pueden hacer uso de esta moratoria y emprenden la difícil tarea de buscar empleo. Entre los que estudian están aquellos que simultáneamente trabajan y los que se pueden dedicar con exclusividad al estudio.
“La obligación de estudiar está muy presente. La mayoría de los jóvenes tiene que estudiar para ser alguien, para tener futuro; aunque el dilema en que se encuentran es que a muchos de ellos no les gusta o no han aprendido a gustar del estudio”, dice Zunilda Ulla.
Así, mientras generalmente la incorporación temprana al trabajo aparece como consecuencia de una necesidad, el deseo de estudiar es -por el contrario- algo que se puede aprender; aunque también es causa de mandatos socioculturales y de un ideario de progreso anclado en la educación.
Pero estudiar, así como trabajar, no es tarea sencilla. Quienes toman este camino deben afrontar una serie de tensiones que se ponen en juego en el paso de la enseñanza media al nivel superior y que, para el ingresante, significan un cambio cultural de importancia.
El joven “tiene que saber que hay un proceso y que esto significa pérdida, porque en el mismo va a dejar cosas -sus docentes y compañeros, la institución que ya conoce y que maneja con cierta solvencia- para ingresar a un ámbito diferente, con docentes, compañeros y exigencias nuevas. Eso significa que no solo se trata de elegir lo que me gusta sino saber cuales son las exigencias que tiene este nuevo nivel al que quiero acceder y para el que me tengo que preparar”, dijo Ulla.
La presión social y familiar, el temor a equivocarse en la elección y el logro de un mayor grado de autonomía, sumado en algunas circunstancias- al abandono del hogar familiar, son algunos de los factores que se hacen presentes en esta transición, que puede convertirse en angustiante. Si ello ocurre el auxilio profesional quizá resulte necesario y oportuno.

El valor de la buena información

Elegir qué estudiar no es un trámite simple. Los factores que inciden en este proceso son también múltiples: económicos, del entorno familiar, de la propia vocación, entre otros. Pero hay más: en situaciones óptimas la decisión debería estar basada en ciertos conocimientos previos que, por lo general, no todos poseen, debido a que el acceso a la información es desigual.
No se trata sólo de optar por un área de conocimiento o una carrera. Hay que saber, además, que no todas las propuestas tienen el mismo reconocimiento en cuanto a los títulos que otorgan, que una carrera es diferente de un curso y que tratándose de carreras las hay de grado pero también de pre-grado, entre otras cosas.
Más aún: elegir qué estudiar es -si se quiere- una opción de vida. Es por esto que, para Ulla, una intervención profesional debe actuar en la transición que vincula la escuela media, el nivel superior y el mundo del trabajo. “Nadie piensa estudiar para ser únicamente estudiante sino para después trabajar”, dijo.

Articulaciones necesarias

Mejorar las condiciones de ingreso de los estudiantes al nivel superior es un asunto que involucra a los establecimientos de enseñanza media y a los de nivel superior, pero los vínculos entre ambos han sido históricamente complejos, lo cual -en verdad- es consecuencia de una política educativa que compartimenta en vez de articular.
Pese a ello, sin este marco, en los últimos años instituciones de uno y otro nivel han emprendido acciones de complementación.

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